Innovación y marketing: cómo usar design thinking en nuestros procesos de creación

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Carla Pennano

Vicedecana de la Carrera de Marketing de la Universidad del Pacífico

En marketing, en muchas ocasiones nos encontramos frente a retos que involucran crear, hacer u ofrecer algo nuevo, ya sea un producto, una marca, un servicio o una nueva manera de hacer las cosas. Sin embargo, está comprobado que es casi imposible crear algo diferente haciendo siempre lo mismo. Por lo tanto, para poder crear algo realmente innovador, debemos romper paradigmas, explorar distintos caminos y utilizar diferentes técnicas que nos permitan generar nuevas formas de pensar, de analizar a los consumidores y de enfrentar sus problemas y necesidades.

Una metodología que puede ayudar en este proceso de generación de ideas nuevas, frescas e innovadoras, es el design thinking, originalmente utilizada en la industria de la arquitectura en la década de los ochenta, pero que hoy en día se aplica en muchos otros sectores económicos, como en el automotriz, en alimentos, textiles, turismo, aeronáutica, entre otros. Mediante la aplicación de principios clave de design thinking se puede construir soluciones más potentes y atractivas para los consumidores.

¿Qué es el design thinking?

En sencillo, el design thinking es una forma de pensamiento basada en soluciones, que empieza con un objetivo específico y pasa por una serie de etapas de iteración ─divergentes y convergentes─ para resolver problemas complejos de manera centrada en el usuario. Se caracteriza por involucrar una serie de herramientas de investigación  ─como la observación y las entrevistas combinadas─ con sesiones de brainstorming y prototipeo.

Así por ejemplo, Tim Brown, gerente general y presidente de IDEO, la consultora líder en el mundo en proyectos de innovación, explica el rol del design thinking en el mundo de los negocios de esta manera: “el design thinking puede definirse como una disciplina que usa la sensibilidad de los diseñadores junto con metodologías que permitan encontrar un ‘match’ entre lo que las personas necesitan, lo que es tecnológicamente posible, y una estrategia de negocios viable que permita convertirla en valor para el consumidor y en oportunidades para el mercado”.

Algunos tips para tener éxito en el proceso

  1. Empieza desde la perspectiva del consumidor: debemos enfocarnos en su experiencia. Muchas veces, los marketeros tendemos a basarnos en nuestras propias ideas, en los productos y servicios y sus características, en cómo deben posicionarse y de qué maneras lanzarlos rápidamente al mercado. Cada consumidor es diferente y no debe ser tratado de la misma manera que los demás. Cada uno tiene preferencias y necesidades distintas y espera ser tratado de una manera personalizada, si no, simplemente, se desconecta de la marca.
  1. Involucra a otras disciplinas en el proyecto: la colaboración es clave para el éxito y es importante comprometer a personas con diferentes perspectivas y a todos los grupos de interés en el asunto. Para poder diseñar nuevos productos y servicios es importante incluir a expertos de distintas especialidades dentro de la empresa, que entiendan cada uno de los procesos implicados y que haga que la solución final sea más potente, así como el go to market más ágil y rápido.
  1. Crea espacios físicos colaborativos: es importante que todos los jugadores se encuentren en el campo al mismo tiempo. No hay nada mejor que mirar a la otra persona, leer su lenguaje corporal y asegurarse de que el equipo está alineado, es consistente y que todos comparten el mismo entendimiento, tanto del problema como de la solución. Se puede lograr trabajando de manera remota, pero cuando se agrupa al equipo en un mismo espacio físico, preparado y acondicionado para innovar, todo sucede mucho más rápido.
  1. Usa metodologías dinámicas y ágiles: no esperes generar una idea innovadora sentado en una mesa con un papel y un lápiz. Usa metodologías que permitan hacer varias iteraciones, muchas sesiones de brainstorming guiado, hacer trabajo en equipo, que impulsen la innovación, que permitan “pensar con las manos” y activar otras áreas del cerebro, entre otros, mediante la plastilina, el lego, el armar maquetas y hacer collages, por ejemplo. Crea prototipos en 3D de la solución de tal manera que todos puedan visualizar lo que los demás están pensando.
  1. Desarrolla una cultura de toma de riesgos: una de las cosas que el design thinking permite es fracasar rápido y no tenerle miedo a dicho fracaso. Cuanto más se experimenta es mejor y para ello es importante la etapa de prototipeo y poder crear decenas, de ser posible, cientos de modelos, borradores, prototipos, antes de obtener un modelo final con el que todos se sientan cómodos. Cuanto más temprano en el proceso pruebas sin miedo a fracasar, más rápido podrás aprender. Y el aprendizaje que obtienes de esos fracasos más que de los éxitos es lo que puede hacer la diferencia.

Queda claro que el trabajo de marketing requiere de ideas frescas e innovadoras de manera constante, para  así responder a los cambios permanentes, tanto en el entorno como en las necesidades, gustos y preferencias de los consumidores. Es por esto que el design thinking es una de las metodologías que se está convirtiendo en las favoritas de agencias, empresas y marcas que buscan dejar de hacer lo mismo, para realmente innovar pensando en el usuario.

Fuentes:

https://designthinking.ideo.com/

https://hbr.org/2008/06/design-thinking

https://www.ama.org/resources/Best-Practices/Pages/How-Design-Thinking-Can-Help-Solve-Tough-Consumer-Research-Challenges-in-Innovation.aspx

https://www.forbes.com/forbes/welcome/?toURL=https://www.forbes.com/sites/johnellett/2016/02/19/how-design-thinking-can-improve-your-marketing-plan-lessons-from-ibm-design-studio/&refURL=https://www.google.com.pe/&referrer=https://www.google.com.pe/

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